Iniciamos la tertulia puntualmente a la hora prevista, con gran éxito de convocatoria, a buen seguro por la calidad del ponente.
Se presentan brevemente las personas asistentes, que fueron:
- Joaquin Luna, Periodista, corresponsal, escritor
- José Ramón Lago, Director ejecutivo corporativo Contratas e Iniciativas Logísticas
- Jaime Lladó, Partner & CEO Dale Carnegie y vocal JD ABE
- Albert Oñate, Shipping Consultant
- Josep Maria Costa, Senior Advisor y Consejero
- Oriol Miquel, Director Técnico Ifercat
- Misericordia Borrás, Abogada Laboralista
- Antoni Llorens, Presidente director general Serunion y Alimentaria
- Albert Jordi, CFO Compañía del Trópico, consejero, senior advisor y auditor de ABE
- Lluis Gay, CEO Trisaga LG
- Carlos Giménez, Director ejecutivo Contratas e Iniciativas Logísticas y vocal JD ABE
- Álvaro Fernández, Senior Advisor Automoción
- Juanjo Soliman, Gerente Bolets Petràs
- Jesús Ruiz, Gerente de Joves Empresaris y vocal JD ABE
- María Giné, Corporate development manager Moldtrans
- María Antonia García, Lawyer-Partner Amber y vocal JD ABE
- Oriol Laporte, Consultor, consejero y vocal JD ABE
- Santi Tarín Puig, Presidente ejecutivo grupo Master Consulting y vicepresidente JD ABE
A continuación, toma la palabra Joaquín Luna diciendo que deseaba ser periodista desde pequeñito. Le gustaba Tintín, viajar…y lo ha podido hacer en el medio que el quería: La Vanguardia. Ahora es el periodista con más antigüedad en la redacción. La Vanguardia le parecía seria.
Estudió en la universidad de Navarra, su padre acertó en 1976 buscando más tranquilidad.
Cuando fichó por La Vanguardia su director era Horacio Saenz Guerrero, era 1982, y hasta hoy.
Era un trabajo entonces relativamente bien pagado, más que ahora. La redacción estaba en la calle Pelayo de Barcelona, y quien quería trabajaba y quien no, no.
Había lio en la redacción, pero se generaba contenido de calidad en aquella olla de grillos. Entró en plantilla.
Ayer le sorprendió saber de un becario que rechazó una extensión del contrato para estar cuatro meses más en la redacción, para irse a un pueblo abandonado con unos amigos. Para él, desde que entró, lo más importante era el trabajo en La Vanguardia. Dedicación plena. Ahora en la redacción hay mucha más conciliación. Ahora cumplen los horarios estrictamente pero no están en la capacidad de trabajar fuera de horas.
Por su dedicación total, él decidió ir a Ucrania cuando la guerra. Él vio que La Vanguardia no contaba con nadie en Kiev. En un ascensor coincidió con un subdirector, le preguntó por que no había nadie en Kiev, le respondió que nadie se había ofrecido y le preguntó si él sí.
Estando en Pelayo intuía que la relación entre los periodistas y los políticos no era objetiva, veía un compadreo que no le gustaba y por ello ha trabajado mucho en internacional.
A los 28 años se interesó por la corresponsalía en Paris y lo comentó con Luis Foix que trabajaba internacional y aquel le preguntó si no se iría a Hong Kong. Acordó ir unos meses a Hong Kong para cubrir la transformación de China a finales de los 80 y luego a Moscú. La prueba salió bien. Para Foix era un ensayo lo de ir a Hong Kong, lo decisivo para aprobar el ensayo fue un viaje de Pekin al Tibet. Había una orden de China de que solo podía trabajar en Pekin, la contravino y se fue a Lhasa. El único hotel con buenas comunicaciones era el Holiday Inn. Llegó al hotel y había carteles diciendo que se habían interrumpido las comunicaciones. Él era el único periodista internacional en el hotel. Había conocido a Joan Margall de Tabacos de Filipinas en un hotel de Pekín, la víspera del viaje a Lhasa.
Pudo establecer contacto con él, le pidió el favor y, de hotel a hotel, le ayudó transmitiendo la información.
Él es tímido, el periodismo le obliga a perder la timidez. Te obliga a la flexibilidad. Así, por casualidad y por tenacidad tuvo la exclusiva internacional en el Tibet.
La Vanguardia publicó lo que envió, añadiendo información y consiguió un gran impacto mediático. La Vanguardia decidió abrir una corresponsalía y él la ocupó.
Él no dice que no a ningún trabajo. Tuvo en sus manos la mejor historia que fue la de Tiannanmen.
Tantos años de información fácil en las redes ha hecho que las personas crean que la información es gratis.Viajar es caro y ahora cuesta más.
Los suscriptores en papel siguen siendo muchos, unos 40.000, algo atípico en los medios, aunque habían sido 100.000.
La publicidad también ha bajado.
Él ha cubierto tres campañas norteamericanas. En Palm Beach estuvo un mes de más por las elecciones de 2000, con el recuento de votos de Gore y Bush.
España es quien envió más periodistas a la guerra de Kuwait porque también fueron las televisiones autonómicas..
En Vietnam el general Westmoreland dijo que los periodistas, moviéndose en libertad, les perjudicaron. En Kuwait los movimientos estuvieron mucho más restringidos. Parece que sean transparentes, pero no lo son.
Ahora las personas tienen acceso a las redes sociales y tienen menos ganas de atender a periodistas.
Cuando él estudió en Navarra había dos modelos, el de Pedro J. Ramírez y el de José María García.
Ahora el periodismo es menos ambicioso, se han olvidado las esencias de narrar historias.
Un amigo le dijo que la historia más leída del N.Y. Times era la de una persona fallecida estando sola. Eso dio pie a un reportaje de ocho páginas sobre morir solo en N.Y.
La edad le da la libertad de hablar de lo que quiera en las tres columnas que escribe cada semana. Cree que ahora la juventud tiene auto censura. Cree que los rumores no se han de divulgar, la información siempre se ha de basar en hechos fehacientes y ello no se cumple a menudo en temas de género y de otra clase.
Santi interviene interesándose por la seguridad de los corresponsales de guerra.
Joaquín dice que los corresponsales que se juegan la vida son los fotógrafos y los cámaras. Él recuerda Tiananmen y dice que cuando se trabaja no se tiene percepción de riesgo. En la plaza solo se quedó el cámara y un ayudante de TVE. Él ha conocido periodistas que han muerto trabajando como corresponsales. Los periodistas que mueren es por mala suerte y por inconsciencia, él no ha llevado nunca chaleco protector, que pesa 10 kgs. A Ucrania fue sin. En Israel, en Gaza, aunque no llegó, un amigo suyo se lo ponía por la aseguradora en caso de fatalidad.
Albert pregunta por el futuro de la profesión, por el consumo de cosas breves, de píldoras, que hace la juventud. Él es optimista y cree que se darán cuenta los jóvenes cuando sucedan cosas estrafalarias debido a la información banal y volverán a la lectura de información rigurosa.
Las redes manipulan y el periodista sale a jugar perdiendo por cinco en contra.
Álvaro pregunta si le gusta más la crónica deportiva. Antich le “castigó” enviándole a deportes y él cree que tiene mucho valor y has de informar muy rápido. Cree que él no ha destacado nada como periodista deportivo.
Santi le agradece que haya madrugado para estar con nosotros, porque es conocido que los periodistas son más vespertinos.
Oriol se interesa por las características de un periodista joven. Él cree que ha de haber vocación y entusiasmo. Sin horarios. Contar historias buenas, siempre tendrá futuro.
Le gustaría poder contar la verdad sobre todos los políticos, pero hay gran autocensura. Santi añade que además son grandes anunciantes y no ayuda.
Jaime recuerda que dijo que era el decano de los periodistas divorciados y le pregunta que diría a los jóvenes de 20 años. Responde que les diría que el pasado no era mejor y que el trabajo ya no es la vida es solo parte de ella.
Jesús pregunta si entiende que Quim Monzó lo haya dejado y como ve la formación en la actualidad.
Responde que crear cada día genera angustia y comprende que lo deje. De hecho, hoy lunes aún no tiene lo que La Vanguardia le publicará mañana martes. En cuanto a la formación cree que no le dan la suficiente importancia a la ortografía y que en cultura general los jóvenes no van sobrados.
Santi coincide con lo de la ortografía y añade que hay más errores en los textos, probablemente por haber menor revisión previa a la publicación.
Juanjo se interesa por cómo le afecta lo que vive en las guerras en su estado anímico. Recuerda el caso de Ucrania, una señora mayor frente a un edificio destruido, esperando ver a su familia, sus restos, el traductor no quería ir a preguntar, al final pudo hablar algo con ella, fue duro.
Santi da por terminada la tertulia, agradece la presencia de las personas asistentes y especialmente a Joaquín por la gran calidad de su testimonio, le regala a Joaquín el libro de ABE y todos irrumpen en un caluroso aplauso.