Vemos muchos líderes internacionales mostrando su fuerza. Corea del Norte con su líder Kim Jong Un, con cañonazos avisando del envío de cohetes y con experimentos con bombas atómicas. Los países de la zona, Japón, China, no tienen más remedio que enseñar barcos de guerra, portaaviones y explicar que tienen todo tipo de armas. En Europa nos encontramos con la OTAN enseñándole los dientes al señor Vladímir Putin para que no tenga la tentación de extender la Unión Soviética dentro de Europa del Este. Si vamos a Oriente Medio, Egipto, Siria, Afganistán, Irán, Irak, Turquía, encontramos de todo y Estados Unidos dispuesto a soltar alguna bomba por allí si cree que le conviene, aunque ¿quién en el mundo puede pensar que tirando una bomba brutal no morirá algún inocente? ¿Cuántos terroristas tienen mujeres y niños alrededor?
Hace años nos vinieron a ver unos colegas de Harvard porque habían lanzado un programa en Egipto, dirigido a directivos de Oriente Medio, pero acababa de iniciarse una guerra en la zona y los profesores no querían ir por allí para impartir el último módulo del programa. Hablamos con los egipcios, consultamos algún exalumno que teníamos por aquella zona y llegamos a la conclusión de que El Cairo no estaba en peligro y nos fuimos tres profesores a acabar aquel programa de Harvard. Nos costó llegar porque muchos vuelos a la zona habían sido anulados, pero llegamos, vimos que los participantes eran empresarios y directivos de gran calidad y se merecían un buen final del programa. Nos recibió el presidente del país que hablaba un correcto inglés y nos dio a entender que él estaba por evitar cualquier conflicto y una conclusión que sacamos, un tanto extrañados, fue la excelente imagen de España que tenían allí.
Me hizo ilusión leer que su santidad el papa Jorge Mario Bergoglio ha ido a Egipto. Y ha ido allí sin gran protección, lo que es un mensaje muy positivo para los egipcios y demuestra, por un lado, que tiene un buen equipo, y por otro que está comprometido y al día. Es interesante que eligiese para su acto más importante el estadio Air Defense que forma parte de un complejo militar y que acogió a más de 10.000 personas. También tuvo una reunión en la universidad Al-Azhar, una de las más prestigiosas en estudios islámicos. Todo esto demuestra una apertura extraordinaria. Vemos cuánto se lo piensa Trump antes de verse con Xi Jinping o antes de aceptar que gastarse el dinero en el muro con México es una tontería en estos momentos. La iniciativa de irse a Egipto sin una armada de guardias protectores y sin pedir una caravana de escolta demuestra la importancia que le da a su visita y la humildad con la que la aborda.
Alguien pensará que estoy predicando pero no es así. No cabe duda que el papa Bergoglio es un líder con millones de seguidores en el mundo pero es evidente que pocos líderes pasan a la acción como él. Si unos cuantos líderes globales fuesen a Corea del Norte, invitasen al presidente coreano a visitar su país y tratasen de firmar algún acuerdo, aunque fuese para asignar algunas becas a estudiantes coreanos, el joven Kim Jong Un se sentiría más seguro y quizás en lugar de jugar a los petardos facilitaría las cosas para recibir inversores extranjeros que le permitiesen hacer lo que ha hecho Corea del Sur. Con esto sacaría millones de norcoreanos del hambre.
El liderazgo requiere acción con estrategia, coherencia, visión de futuro, y llevada a la práctica con humildad y respeto. Esto lo explicamos en las escuelas de negocios utilizando casos reales y más de una vez preguntamos en voz alta ¿es este señor un líder? La prensa de los últimos días ha recogido bien el caso “Bergoglio en Egipto”. Podríamos preguntarnos, ¿es este señor un líder? Se ha hecho un nombre trabajando sin armas, sin protección y sin amenazas con un objetivo claro de paz y un recuerdo continuo de aquellos que más sufren. ¿Cuál será el próximo destino?