Nuestros sindicatos siguen destruyendo lo que, con tanto esfuerzo de quienes trabajan de verdad, se ha construido en nuestro país. Los estibadores paralizan temporalmente la actividad de uno de los activos más importantes de Barcelona y España, el puerto. Los taxistas hicieron una huelga en Madrid dejando a cientos de turistas, pero sobre todo a cientos de empresarios y profesionales tirados en el aeropuerto de Madrid con serias dificultades para asistir a conferencias, reuniones y consejos en los que debían participar. Las huelgas de metro dejan también a niños que van al colegio o al médico medio perdidos durante mucho tiempo.
¿Por qué los sindicatos creen que la forma de resolver sus problemas es torturando a inocentes que no han participado para nada en la decisión que no les gusta? Imaginemos una reunión del comité de dirección de una empresa europea que recibe contenedores en el puerto de Barcelona. Unos se los llevan en camión a almacenes que distribuyen el contenido por España; otros los llevan a cargarlos en trenes o se los llevan desde el puerto en camión para otros países europeos como Francia, por ejemplo. Pero si el barco no puede entrar en el puerto o nadie lo descarga, el desastre puede ser grande. Puede que alguna planta se quede sin el suministro de componentes que se han de incorporar a productos (coches, electrodomésticos, máquinas, etcétera) y tenga que parar. El comité de dirección de esa empresa europea sin duda se planteará una alternativa al Puerto de Barcelona. Alguien dirá: a partir de ahora llevaremos la mitad de los contenedores a Barcelona y la otra mitad a Génova o a Marsella o incluso a Holanda (que tiene un montón de puertos bien conectados a toda Europa) y pondremos un centro logístico allí reduciendo el de Barcelona.
Quienes organizan una huelga en el puerto están destruyendo un montón de puestos de trabajo. Con el prestigio conseguido “en el mundo”, el puerto de Barcelona pensaría en mejoras e incluso en ampliaciones futuras.
¿Dónde habrán estudiado los que toman las decisiones de ir de huelga? ¿Habrán estudiado en Harvard? No lo creo. Sigo muy conectado allí y no me consta que ningún profesor haya publicado cosas como las ventajas para la economía y la empresa de organizar huelgas. Las huelgas, para mis colegas de Harvard, destruyen. Quienes organizan huelgas son gente con muy poca preparación, sin valores, que viven sin dar golpe a costa de los trabajadores que dejan sin trabajo. He conocido sindicalistas excelentes, capaces de agotar a un empresario con una negociación inteligente y tenaz pero tratando a toda costa de evitar una huelga, conscientes de los efectos negativos que esto tiene a largo plazo sobre los trabajadores.
Toda empresa ha de gestionar sus costes. Si tiene costes excesivos, no genera suficiente caja y no puede pagar todos los costes, no le queda más remedio que endeudarse. Y el final del endeudamiento excesivo es la suspensión de pagos o la quiebra y el despido legal de todos o buena parte de los trabajadores, y aquí no tiene ningún sentido protestar. Ya no hay remedio. ¿Es posible que haya líderes sindicales que aún no se hayan enterado de esto?
La alternativa a la huelga no es otra que la negociación inteligente. Yo recuerdo haber negociado con unos líderes sindicales un bonus variable para los trabajadores si, gracias a su moderación salarial y su esfuerzo en conseguir mejorar la productividad, la empresa (que estaba muy enferma) conseguía beneficios. Y se consiguió. Pero eran unos líderes sindicales inteligentes, con ganas de estudiar bien las cuentas de la empresa y de seguir su evolución. Deberíamos dejar atrás la huelga y dar un paso adelante en busca de mantener a nuestro país como fiable y competitivo.