Una soleada mañana de primavera, tres hermanos, Jorge, Juan y Javier, estaban paseando por un bosque cerca de su pueblo. De repente oyeron unos quejidos y al poco vieron una esfera dorada que estaba en un hoyo. Le preguntaron:
-¿Quién eres?
-Soy la felicidad
Los hermanos sonrieron, y seguidamente Jorge le pidió a la felicidad dinero. La felicidad le regaló una bolsa llena de monedas de oro, Jorge lo cogió y se fue riendo y feliz. Entonces Juan le pidió tener una mujer muy hermosa y la felicidad le concedió su deseo de inmediato. Una hermosa mujer apareció y Juan, tomándola de la mano se fue muy contento. El tercer hermano, Javier, se acercó y se inclinó sobre el hoyo. La felicidad le miró y le pregunto:
-¿Qué necesitas?
Javier la miro y respondió:
-¿Y tú, que necesitas?
La felicidad le respondió:
-Por favor, ¡sácame de aquí!
Javier se arrodilló al lado del hoyo y con esfuerzo sacó a la felicidad. La dejó suavemente sobre la hierba, se levantó y se fue.
Y la felicidad lo siguió siempre.
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. John Locke (1632-1704) Filósofo inglés.
Pepe Ferrer