He de reconocer, y es triste, que desde hace ya un tiempo lo que hacen o dicen nuestra clase política ha dejado de sorprenderme e interesarme, simplemente me indigna. Pero la intervención de un ministro en su comparecencia ante una comisión parlamentaria me ha tocado, por asi decirlo, la fibra. Cuando alguien apeló a que dimitiera aunque sólo fuera por dignidad personal, le contesto que: “la dignidad es un concepto jurídico indefinido y evanescente”.
Creo que el ministro es un gran lector y seguidor de “El Príncipe” de Maquiavelo.
Porque ya lo decía Nicolás Maquiavelo en “El Principe”: Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas.
La dignidad, o «cualidad de digno» (del latín: dignĭtas, y que se traduce por «valioso»), hace referencia al valor inherente al ser humano en cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador, pues las personas pueden modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones y el ejercicio de sus libertades. La dignidad se basa en la coherencia de los valores, la integridad moral y en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto.
Algo evanescente es algo fugaz, que se esfuma o que es efímero. Así que ya me queda claro que para el ministro la dignidad es algo efímero y fugaz. Pienso que debería preocuparnos que dirigentes de nuestro país, con responsabilidades importantes, piensen así, como también que nadie de su entorno o de los demás partidos haya dicho nada. Al paso que vamos, si resulta que la dignidad es fugaz o efímera, ¿qué nos quedará al final?.
La dignidad de un ser se mide por la impresión exterior que da. Hay dignidad en el esfuerzo y la asiduidad; en la serenidad y la discreción. Hay dignidad en la observación de las reglas y en la rectitud. También hay dignidad para apretar los dientes y mantener los ojos abiertos: todas estas actitudes son visibles desde el exterior. Lo que es capital es actuar siempre con dignidad y sinceridad. Yamamoto Tsunetomo. 1659-1719. Samurái japones autor del Hagakure, El camino del Samurái.
Pepe Ferrer