Quizás me estoy pasando pero creo que lo más importante para las empresas que quieran salir bien de la parada económica que nos provocó el coronavirus es salir con velocidad. Velocidad en todas las actividades.
Hay que empezar por rehacer el plan de negocio, “business plan”, incluyendo de forma positiva y rápida toda la actividad de la empresa: ventas, producción (de los productos o servicios a los que se dedica la empresa), evolución de la tesorería y financiación, personas y acuerdos para abordar esta nueva etapa. El parón de la empresa habrá aumentado la deuda y la puesta en marcha la aumentará más porque subirá la deuda con nuestros proveedores y nuestros clientes nos pedirán un plazo largo para pagarnos.
Enseguida que tengamos un buen plan de negocio tendremos que explicarlo a nuestros bancos para que nos den la financiación que necesitamos. Afortunadamente, esta crisis ha pillado a los bancos en buena situación y en condiciones de poder prestar, pero si de los 200 o más que pasarán por la sucursal bancaria con la que trabajamos nosotros, somos el número 25 en llegar, el banco puede ver que somos los que hemos trabajado y presentado mejor, y aún tendrán la caja bastante llena. Si vamos allí cuando ya han pasado 100 y algunos lo han presentado mucho mejor, como ya estarán tocando fondo de la caja es probable que nos digan: “bueno, déjenos que lo estudiemos”.
La otra área clave son las personas. Se habla de que pronto tendremos cientos de miles de desempleados, es decir que cuando se acaben los ERTEs y los subsidios, nos cargaremos a un montón de empleados. Hay empresas que han sabido llegar a un acuerdo para reducir los salarios y evitar despidos. Desde un lugar como la Asociación para la Búsqueda de la Excelencia sólo podemos aconsejar que se valore a las personas y que se busque la forma de, entre todos, llegar a acuerdos para mantenerlas trabajando aunque sea necesaria una reducción del salario para todos, empleados, directivos, consejeros.
La velocidad es importante también en el área comercial. A ver si somos el primer posible proveedor de nuestros clientes potenciales y negociando con ellos quizás descubramos algo más que podemos ofrecerles o algún cambio que hemos de hacer a nuestro producto. De esa próxima relación con el cliente saldrá innovación y servicio. Y esa innovación tendremos que llevarla rápidamente a la fábrica o a la oficina y ponerla en marcha.
Estamos en unos momentos que van a ser difíciles, tendremos pocos días de fiesta o vacaciones, nos lo tendremos que organizar para viajar de noche y trabajar todo el día, pero si queremos ser líderes en 2021, tenemos lo que nos queda del 2020 para poder explicárselo a nuestros nietos un día como el tiempo que tuvimos que trabajar más en nuestra carrera. Y, sobre todo, hagámoslo con valores, con entusiasmo y cuidando a nuestras personas. Bien motivadas trabajarán más y mejor.