Esta semana la asociación internacional de empresarias IWEC celebró su acto anual en Shanghai en mi escuela, Ceibs. Para ser miembro de IWEC hay que pasar un cierto examen. Ser emprendedora, dirigir una empresa (en muchos casos creada por ella) y tener una dimensión razonable. He conocido muchas asociaciones y colocaría a IWEC entre las mejores. Pude asistir al encuentro, que me pareció de gran calidad, pero, sobre todo, me quedé con la impresión de que aquellas casi 200 mujeres habían ido allí a trabajar. Los que hemos vivido el tema de emprender, en mi caso como profesor pero también como consejero en empresas con un equipo emprendedor al frente y hasta como inversor, siguiendo de cerca el fondo de capital riesgo que tenemos en el Iese, sabemos que lo que en inglés llaman networking (relacionarse en grupo) es crucial para emprender. Te ayuda a descubrir oportunidades, a encontrar socios, clientes, financiadores, todo lo necesario.
En la reunión de IWEC el networking era fenomenal. Pocas veces he visto un ambiente así. Veías a una americana, una india y una africana hablando de un tema empresarial, haciéndose preguntas, explicándose cómo lo gestionaba cada una, ofreciéndose contactos, tomando notas. Más de una me comentó que había conseguido una reunión con una empresa china que podía ser una buena base para poder aterrizar en China.
El contenido del encuentro era fundamentalmente debates entre ellas y algunas conferencias. Las ponentes y panelistas explicaban su empresa para que todas conocieran cuáles podían ser sus perspectivas. Alguna incluso explicó algún fracaso suyo.
Cuando organizamos encuentros empresariales somos conscientes de que hemos de estimular el networking pero no siempre salimos con la impresión de haberlo conseguido. Quienes organizaron el encuentro en Shanghai pueden estar satisfechas. Me llegué a preguntar si las mujeres serán más hábiles en el networking. Las cifras de mujeres que crean nuevas empresas están muy por debajo de las de los hombres a escala internacional aunque van subiendo. Emprender es un trabajo muy complicado. Puedes pasarte un par de años sin poder pagarte un sueldo o pagándote una miseria. No tienes sábados, domingos ni festivos y muchos días la jornada puede ser de 16 horas. Cada día los proyectos son más internacionales y hay que hacer montones de viajes. Todo esto es muy complicado para una mujer con familia. Pero hace muchos años que ves exalumnas del master del Iese creando su empresa como Andrea Christensen, que en 1990 lanzó en Alemania Kathe Kruse Puppen produciendo las muñecas de lujo Berta Beier (marca de más de 100 años) tras participar en su adquisición, o Cristina Garmendia, que lanzó en el 2002 Genetrix fabricando fármacos biotecnológicos.
Actos como el de IWEC demuestran que el emprendimiento femenino va a más, que hay muchos casos de éxito y que su maravilloso networking es un excelente catalizador, sobre todo en la etapa de desarrollo del negocio. IWEC fue creado por cámaras de comercio: la de Barcelona y la de Manhattan desempeñaron un papel clave. La Caixa ha apoyado su desarrollo, pero sobre todo emprendedoras como Adela Subirana, que ha dedicado tiempo, energía y sabiduría al proyecto desde la Cámara de Barcelona, cuyo presidente Miguel Valls ha colaborado también a que IWEC sea un éxito y que haya un número relevante de empresarias españolas como miembros. Es una satisfacción ver que podemos hacer cosas importantes en el mundo en el fundamental entorno de emprender, sostenerlas y mejorarlas.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/economia/20180916/451827590207/networking.html